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 T r a t a m i e n t o s

Tratamientos psicología en Tres Cantos

«Yo nunca seré de piedra;

lloraré cuando haga falta,

gritaré cuando haga falta,

reiré cuando haga falta,

cantaré cuando haga falta». - Rafael Alberti

Tratamientos cognitivo - conductuales

Los tratamientos cognitivo-conductuales están enfocados al estudio de la interrelación entre pensamiento, conducta y mundo emocional, y recogen los aportes de distintas corrientes dentro de la psicología científica.

Consisten en paquetes de técnicas combinados (eclecticismo técnico), como técnicas de reestructuración cognitiva, de entrenamiento en relajación, de aprendizaje y estudio, y otras estrategias de afrontamiento, de exposición y desarrollo de habilidades.

La TCC se enfoca en desafiar y modificar distorsiones cognitivas interferentes (pensamientos, creencias y actitudes que afecten negativamente a la vida de la persona), corregir  comportamientos que puedan resultar desadaptativos, y mejorar la regulación emocional y el desarrollo de estrategias de afrontamiento eficaces.

En sus inicios fue diseñada para tratar la depresión, pero su uso se ha ampliado para incluir el tratamiento de los restantes diagnósticos de salud mental.

Este modelo parte de la base de que la conducta humana es aprendida, pero este aprendizaje no consiste, exclusivamente, en un vínculo asociativo entre estímulos y respuestas, sino en la formación de relaciones de significado personales, esquemas cognitivos o reglas, en conexión con el mundo emocional de la persona.

De la misma manera, los diferentes aspectos cognitivos, afectivos y conductuales están interrelacionados, de tal modo que un cambio en uno de ellos afecta a los otros dos componentes. 

En esta relación mutua, las estructuras de significado (esquemas cognitivos) tendrían un peso fundamental, pues representan la organización idiosincrática y particular que tiene cada persona sobre lo que significa su experiencia, el mundo que le rodea y el sí mismo, manifestándose en forma de pensamientos e imágenes mentales.

La TCC se basa en el hecho de que las distorsiones del pensamiento y las conductas desadaptativas desempeñan un papel en el desarrollo y mantenimiento de los trastornos mentales.

Así, alteraciones en la vida de la persona que afecten a su equilibrio emocional también pueden relacionarse con el inicio o empeoramiento de la salud psicológica.

En cualquier caso, los síntomas y la angustia asociada pueden reducirse mediante la enseñanza de nuevas habilidades de procesamiento de la información y regulación emocional, de conocimientos y de mecanismos de afrontamiento. 

El rol del profesional es ayudar a la persona a encontrar y practicar estrategias efectivas para abordar los objetivos identificados y disminuir los síntomas que interfieran en su vida.

Durante el proceso terapéutico el clínico se vale de diversas estrategias que tienen por objeto la flexibilización y modificación de los esquemas disfuncionales y los pensamientos automáticos que se desprenden de estos, así como de los comportamientos desadaptativos. 

Dicho proceso está guiado por tres principios técnicos básicos: el diálogo socrático, el descubrimiento guiado y el empirismo colaborativo.






El diálogo socrático

Entendemos por diálogo socrático una práctica a través de la cual se plantea que el ser humano es capaz de madurar, de movilizar sus recursos y de reflexionar acerca de las problemáticas que se encuentre a lo largo de su vida.

El objetivo del diálogo socrático no es el de dar una respuesta a las preguntas de otros, sino el de favorecer que la persona pueda ser capaz de profundizar en su propia mente y reflexión con el fin de encontrar respuestas y generar un conocimiento por sí misma.

Éste método posee un carácter fuertemente conversacional: consiste en un diálogo en el que se guía a la persona a través de una serie de preguntas, empleando distintos recursos hacia la resolución de las dudas y conflictos que puedan surgir en el transcurso de la conversación. 

Dicha guía es meramente asistencial, siendo al final la propia persona quien encuentra la solución por sí misma.

De hecho, técnicamente no es siquiera necesario que se dé una respuesta, siendo también válido el que se admita la ignorancia al respecto de un hecho o aspecto en concreto.

En tal caso, se procedería a generar y explorar nuevos aspectos de la situación.

Generalmente, las preguntas que surgen de la persona son respondidas mediante otra pregunta, de tal manera que se conduce el pensamiento de la persona a quien se le aplica el método con el fin de generar un procesamiento más profundo y complejo de la información.

Así, lo principal en este diálogo es el uso de preguntas de tipo inductivo, haciendo usar los recursos propios en la dirección deseada.

El origen del método socrático lo encontramos en la figura de quien toma el nombre: Sócrates, el filósofo griego. Este autor elaboró un método dialéctico con el propósito de ayudar a encontrar la propia verdad individual.

El proceso era relativamente sencillo de explicar, si bien su realización es más complicada de lo que aparenta:

En primer lugar se empleaba la ironía con el fin de lograr que el alumno o persona con la que se dialogaba poco a poco empezara a dudar de una verdad o aseveración determinada sobre el mundo, el futuro, o el yo, e incluso que terminara admitiendo ignorancia respecto al tema en cuestión y explorara otras alternativas previamente desconocidas.

Tras ello, se empleaba la mayéutica, o el método socrático propiamente dicho: el interrogador pasaba a guiar el proceso de pensamiento del interlocutor a través del diálogo, y de la realización de preguntas relativamente simples, proponiendo y empleando los recursos de la persona para generar una nueva verdad u opinión más propia del individuo respecto a la premisa en cuestión, un nuevo conocimiento, más completo y conectado con el sí mismo.






El descubrimiento guiado

Éste término, que se relaciona con la fisolofía aristotélica en su vertiente más naturalista, hace referencia al resultado del proceso de la indagación, la cual no aparece a menos que nos veamos impulsados y necesitados de realizar una investigación.

La necesidad de descubrir se crea por la insatisfacción mental, lo que obliga a la mente a centrarse en el problema, conceptualizándolo como algo retador, y despierta  la posibilidad de generar un nuevo descubrimiento. 

El estímulo puede consistir en un problema o situación que exija una solución que no pueda resolverse por el conocimiento actual. La interrogante motiva la indagación, la búsqueda de una respuesta inicialmente desconocida.

Un descubrimiento de ésta potencial verdad, en un principio velada, y guiado por ésta indagación, vertebra todo el proceso psicoterapéutico.






El empirismo colaborativo

El empirismo colaborativo mantiene una fuerte relación con la relación terapéutica.

Ésta se puede definir como ese componente afectivo y actitudinal que presenta tanto el profesional de la psicología como el consultante de manera recíproca en psicoterapia; además, se puede entender como el vínculo entre las dos partes implicadas en la terapia, el cual se establece y desarrolla por medio de la interacción que se da en el proceso de la intervención. 

Consecuentemente, una relación terapéutica adecuada tiene un pronóstico positivo y contribuye a la mejoría de las capacidades adaptativas de la persona, lo que significa que una relación entre profesional y consultante que se establezca con calidad, se relaciona con el resultado en la intervención.

El empirismo colaborativo significa que la persona y el profesional se convierten en coinvestigadores, tanto para determinar los objetivos del tratamiento como para investigar los pensamientos de la persona.

Al formar una relación de cooperación, trabajan juntos para crear una nueva comprensión de la experiencia de la persona, lo que permite la transformación.



Fundamentos de la terapia cognitivo conductual

«Porque nadie más que tú puede saber por ti, nadie puede crecer por ti, nadie puede buscar por ti, nadie más puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer; la existencia no admite representantes». - Jorge Bucay

Fundamentos de las técnicas cognitivo - conductuales

La terapia cognitivo-conductual clásica supone que cambiar un pensamiento desadaptativo provoca cambios en el comportamiento y en el afecto.

Las nuevas tendencias, más recientes y apoyadas en técnicas de investigación más avanzadas, dan más importancia a cambiar la relación que se tenga con el pensamiento desadaptativo, más que sobre el cambio del pensamiento en sí mismo, y explorar su relación con el mundo emocional interior.

El objetivo de la terapia cognitivo-conductual no es diagnosticar una enfermedad, sino observar qué comportamientos, pensamientos y reacciones emocionales puede modificar la persona.

Habilidades

Parte del trabajo del profesional también consiste en ayudar a las personas a reemplazar las habilidades de afrontamiento, cogniciones, emociones y comportamientos que puedan ser inadaptados o poco saludables por otros más adaptados y saludables para la propia persona, en conexión con sus valores.

Éste desarrollo de habilidades tiene una base biológica muy investigada. Es de vital importancia el que la persona conozca la base y explicación racional del funcionamiento de su propia mente antes de que pueda modificar cualquier aspecto o mecanismo de la misma, y es por ello que la ganancia de conocimientos y aprendizaje toman un especial valor en éste enfoque psicoterapéutico.






Fases en la terapia

Se puede considerar que la TCC tiene seis fases:


Después de identificar los comportamientos que pueden cambiarse, ya sean por exceso o por déficit, y una vez aplicado el tratamiento, el profesional debe identificar si la intervención tuvo éxito o no. 

Por ejemplo, si el objetivo era disminuir el comportamiento, entonces debería darse una disminución en relación con la línea base del mismo (la frecuencia habitual que manifestaba tal comportamiento previo a la intervención psicológica).

Si el comportamiento crítico permanece en o por encima de la línea base, entonces la intervención ha fallado.

En tal caso, y dado el carácter en espiral del modelo psicoterapéutico de la terapia cognitivo - conductual, se procederá a un nuevo análisis y evaluación detallada del proceso, se reconceptualizará en función de la información verificada, y se procederá a la aplicación técnica en una nueva intervención. 

Éste proceso de análisis no sólo se da en caso de fallo, sino también con los éxitos que poco a poco se van dando cuando la intervención sigue un desarrollo satisfactorio.

De ésta manera, la persona y el profesional podrán identificar tanto los factores relacionados con la progresión positiva como aquellos relacionados con la negativa, con el fin de aprender sobre ellos y utilizar ésta ganancia en conocimientos para poder avanzar en el proceso psicoterapéutico.

Se dice que la TCC mantiene un funcionamiento en espiral debido es que  estas fases se dan en ciclos, es decir, se repiten en la medida en que sea necesario con objeto de ganar más conocimiento y capacidad con cada nueva vuelta.

A su vez, las recaídas o sucesos negativos que se pueden dar durante el proceso psicoterapéutico se conceptualizan como potenciales oportunidades de aprendizaje para lograr una comprensión más profunda y completa, y así desarrollar progresivamente la fortaleza interior.






Técnicas relacionadas

La TCC engloba una gran variedad de distintas técnicas y otras terapias que se derivan de la misma, como aquellas relacionadas con la exposición, la inoculación del estrés, la terapia cognitiva, el entrenamiento metacognitivo, el entrenamiento en autoinstrucciones, el entrenamiento en relajación, el entrenamiento autógeno, la terapia dialéctica conductual o la terapia de aceptación y compromiso, por citar algunas.

Muchos profesionales formados en el ámbito de la investigación aplicada en psicología, especialmente aquellos que también se dedican a la clínica, promueven una forma de terapia cognitiva consciente que incluye un mayor énfasis en la autoconciencia como parte esencial del proceso terapéutico, dada la importancia demostrada mediante investigación acerca de la ganancia de conocimientos en el proceso.



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