T r a s t o r n o s

d e   l a   c o n d u c t a

a l i m e n t a r i a

Anorexia y bulimia en mujer tratando de conseguir el equilibrio

«Anorexia es un término médico que viene del griego “ά-, άν-” (privativo de) y “ὀρέξις” (deseo, apetito), de “ὀρεγόμαι” (desear). Significa ausencia de apetito.

La palabra bulimia procede del latín “bulimia”, que a su vez proviene del griego “βουλιμία”, que se compone de “βούς”, que significa “buey”, y “λιμός”, que significa “hambre”, ​y quiere decir, literalmente, “hambre de buey”, es decir, mucha hambre».

Trastornos de la conducta alimentaria

Descripción general

Los trastornos de la conducta alimentaria son afecciones graves que se relacionan con la alimentación y que afectan negativamente a la salud, a las emociones y a la capacidad de desempeñarse en áreas importantes de la vida. 

Los trastornos de la conducta alimentaria más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa  y el trastorno por atracón.

La mayoría de los trastornos de la conducta alimentaria se caracterizan por fijar excesivamente la atención en el peso, la figura corporal o la comida, lo que acaba generando patrones de conductas alimentarias peligrosas. 

Estas conductas pueden tener una repercusión considerable en la capacidad del cuerpo para obtener la nutrición adecuada.

Los trastornos de la alimentación pueden causar daños permanentes en el corazón, en el aparato digestivo, los huesos, los dientes y la boca, y derivar en otras enfermedades.

Síntomas

Los síntomas varían en función del tipo de trastorno.

La anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón son los trastornos de la conducta alimentaria más frecuentes.

Otros trastornos comprenden el trastorno de rumiación y el trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos.





Anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa, a menudo simplemente denominada «anorexia», es un trastorno de la conducta alimentaria potencialmente mortal que se caracteriza por un peso corporal anormalmente bajo, un gran temor a aumentar de peso y una percepción distorsionada del peso o de la figura corporal.

Las personas con anorexia hacen todo lo posible por controlar el peso y la figura corporal, lo que frecuentemente afecta de manera importante a la salud y a las actividades cotidianas.

Cuando se padece anorexia, se limita en exceso la ingesta de calorías o se usa otros métodos para bajar de peso; por ejemplo, ejercitarse de forma muy intensa, tomar laxantes o suplementos dietéticos, o vomitar después de comer.

Los esfuerzos para bajar de peso, incluso cuando el peso corporal es bajo, pueden causar problemas de salud graves.

La anorexia nerviosa correlaciona con altas puntuaciones en afectividad negativa (grado en el que se suelen experimentar emociones o pensamientos de carácter negativo), perfeccionismo, y rigidez emocional (dificultades a la hora de regular las emociones).

Es común que la persona manifieste problemas relacionados con éstas áreas, además de los síntomas alimentarios.





Bulimia nerviosa

La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria grave y potencialmente mortal.

Cuando se padece bulimia, existen episodios de atracones y purgas que incluyen la sensación de pérdida de control sobre la alimentación.

Muchas personas con bulimia también restringen lo que comen durante el día, lo que suele causar más episodios de atracones y purgas.

Durante estos episodios, es normal que se consuma una gran cantidad de alimentos en un corto período de tiempo, para luego intentar deshacerse de las calorías extra de una manera poco saludable.

Debido a la culpa, a la vergüenza y al temor intenso a aumentar de peso por comer en exceso, la persona puede provocarse vómitos, ejercitarse de una manera extrema o usar otros métodos, como los laxantes, para controlar el peso y la sensación de culpa y ansiedad.

Cuando se padece bulimia, probablemente exista una preocupación sobre el peso y la figura corporal y se den juicios con severidad y dureza por los defectos que son producto de la autopercepción de la persona.

Se puede tener un peso normal o, incluso, un poco de sobrepeso.

La bulimia nerviosa correlaciona con altas puntuaciones en impulsividad. Relacionado con éste último punto, las personas que padecen bulimia nerviosa suelen presentar cambios emocionales súbitos e intensos, o presentar síntomas de trastorno de límite de la personalidad.





Trastorno por atracón

En el trastorno por atracón habitualmente se come en exceso (atracón) y se tiene la sensación de pérdida de control sobre lo que se come.

Se puede comer con rapidez o consumir más alimentos de los inicialmente pensados, incluso cuando no se tiene apetito, y seguir comiendo mucho tiempo después de sentirse lleno.

Después de un atracón, se puede sentir culpa, enfado o vergüenza por la conducta y por la cantidad de alimentos consumidos. Sin embargo, no se intenta compensar esta conducta con el ejercicio desmesurado o la purga, tal y como se haría en los casos de anorexia o bulimia nerviosas.

Por lo general, se produce una nueva ronda de atracones por lo menos una vez a la semana.

La persona puede tener un peso normal, sobrepeso u obesidad.





Trastorno de rumiación

El trastorno de rumiación es la regurgitación repetida y continua de los alimentos después de comer, no debida a una enfermedad ni a otro trastorno de la alimentación, como anorexia, bulimia o trastorno por atracón.

La comida vuelve a la boca sin náuseas ni arcadas, y puede que la regurgitación no sea intencional.

A veces, los alimentos que se regurgitan se mastican nuevamente y se vuelven a tragar, o bien se escupen.

El trastorno puede derivar en desnutrición, si los alimentos se escupen o si la persona come mucho menos para evitar la conducta.

El trastorno de rumiación puede ser más frecuente en los niños pequeños o en las personas que tienen una discapacidad intelectual.





Trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos

Este trastorno se caracteriza por no alcanzar los requerimientos nutricionales diarios mínimos por la falta de interés en alimentarse; es decir, se evita las comidas con determinadas características sensoriales, como el color, la textura, el aroma o el sabor; o bien existe preocupación por las consecuencias al comer, como el temor a atragantarse.

No se evitan los alimentos por un temor a aumentar de peso.

El resultado del trastorno puede ser una pérdida de peso significativa o la imposibilidad de aumentar de peso en la niñez, así como deficiencias nutricionales que pueden acarrear problemas de salud.



Solicita información adaptada a tu caso