«El término trauma proviene del griego “τραῦμα” (rutpura, herida).
Según parece, se remonta a la antigua raíz indoeuropea “thera”, que significa “triturar”».
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una condición de salud mental que puede desarrollarse después de experimentar o presenciar un evento traumático.
Este evento suele implicar una amenaza a la vida, como la guerra, un desastre natural, un accidente automovilístico o una agresión sexual, aunque no siempre es así.
Por ejemplo, la pérdida repentina e inesperada de un ser querido, o vivir un evento que sea experimentado como especialmente doloroso por parte de la persona también puede desencadenar TEPT.
Es común sentir miedo durante y después de una experiencia traumática.
Este miedo activa la respuesta de "luchar o huir", que es el mecanismo que el cuerpo utiliza para protegerse de posibles peligros.
Esto provoca cambios físicos, como la liberación de ciertas hormonas y un aumento en el estado de alerta, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la respiración.
Normalmente, la mayoría de las personas se recuperan con el tiempo, pero aquellas con TEPT no experimentan mejoría.
Siguen sintiéndose estresadas y asustadas mucho después de que el trauma haya pasado.
En algunos casos, los síntomas pueden aparecer más tarde o manifestarse de manera intermitente.
Existen cuatro tipos de síntomas de TEPT, aunque pueden variar de una persona a otra. Cabe destacar que cada individuo experimenta los síntomas de manera única.
Estos tipos son:
Síntomas de reexperimentación (reviviscencia): Ocurren cuando algo despierta recuerdos del trauma y se experimenta el miedo nuevamente.
Algunos ejemplos son:
Flashbacks: Sensación de revivir el evento traumático
Pesadillas
Pensamientos intrusivos o en bucle acerca del evento traumático, o sobre determinados aspectos del mismo
Síntomas de evitación: Se manifiestan cuando se intenta evitar situaciones o personas que desencadenan recuerdos del evento traumático.
Esto puede incluir:
Evitar lugares, eventos u objetos que recuerden la experiencia traumática. Por ejemplo, si se ha sufrido un accidente automovilístico, podría evitar conducir
Evitar pensamientos o sentimientos relacionados con el evento traumático, como mantenerse ocupado para evitar pensar en lo sucedido
Síntomas de hipervigilancia y reactividad: Se caracterizan por estar constantemente alerta ante el peligro, lo que puede provocar nerviosismo.
Esto incluye:
Sobresaltarse fácilmente
Sensación de tensión o estar "al límite"
Dificultad para conciliar el sueño
Arrebatos de ira
Síntomas cognitivos y del estado de ánimo: Implican cambios negativos en creencias y sentimientos, como:
Dificultades para recordar aspectos importantes del evento traumático
Pensamientos negativos sobre uno mismo o el mundo
Sentimientos de culpa y remordimiento
Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban
Problemas de concentración
Los síntomas suelen aparecer poco después del evento traumático, pero en ocasiones pueden tardar meses o incluso años en manifestarse.
Además, pueden presentarse de forma intermitente a lo largo de varios años.
Si los síntomas persisten durante más de cuatro semanas, causan un gran malestar o interfieren significativamente en la vida laboral o personal, es posible que se esté experimentando TEPT.