«La palabra bipolar tiene el significado de “relativo a tener dos extremos”, y viene del latín “bis”, (dos) y el griego “πόλος”, (eje, poste)».
El trastorno bipolar es una enfermedad mental con una influencia fuertemente biológica que causa cambios extremos en el estado de ánimo, que comprenden altos emocionales (manía o hipomanía) y bajos emocionales (depresión).
Cuando predomina la depresión, pueden existir sentimientos de tristeza o desesperanza y la persona puede perder el interés o el placer en la mayoría de las actividades que antes disfrutaba.
Cuando el estado de ánimo cambia a manía o hipomanía (menos extrema que la manía), es posible que la persona se sienta eufórica, llena de energía o inusualmente irritable.
Estos cambios en el estado de ánimo pueden afectar al sueño, a la energía, al nivel de actividad, al juicio, al comportamiento y a la capacidad de pensar con claridad.
Los episodios de cambios en el estado de ánimo pueden ocurrir en raras ocasiones o varias veces al año.
Aunque la mayoría de las personas presenten síntomas emocionales entre los episodios, es posible que algunas no presenten ninguno.
Aunque el trastorno bipolar es una afección de por vida, se pueden controlar los cambios en el estado de ánimo y otros síntomas siguiendo un plan de tratamiento.
En la mayoría de los casos, el trastorno bipolar se trata con medicamentos y apoyo psicológico (psicoterapia), estando ambos bien establecidos.
Existen distintos tipos de trastorno bipolar y de trastornos relacionados.
Estos pueden consistir en manía o hipomanía y depresión.
Los síntomas pueden causar cambios impredecibles en el estado de ánimo y en el comportamiento, lo cual da como resultado un gran sufrimiento e importantes dificultades en la vida.
Trastorno bipolar I. Aparece al menos un episodio maníaco que puede estar precedido o seguido de un episodio hipomaníaco o un episodio depresivo mayor. En algunos casos, la manía puede provocar una desconexión de la realidad (psicosis). Suele requerir hospitalización.
Trastorno bipolar II. Aparece, al menos, un episodio depresivo mayor y, como mínimo, un episodio hipomaníaco, pero nunca un episodio maníaco.
Trastorno ciclotímico. Aparecen durante al menos dos años —o un año en el caso de niños y adolescentes— muchos períodos con síntomas de hipomanía y períodos con síntomas depresivos (aunque menos graves que la depresión mayor).
Otros tipos. Estos comprenden, por ejemplo, el trastorno bipolar y los trastornos relacionados inducidos por ciertos medicamentos o bebidas alcohólicas, o debidos a una enfermedad, como la enfermedad de Cushing, la esclerosis múltiple o un accidente cerebrovascular.
El trastorno bipolar II no es una forma más leve de trastorno bipolar I, sino un diagnóstico diferente.
Mientras que los episodios maníacos del trastorno bipolar I pueden ser graves y peligrosos, las personas que tienen trastorno bipolar II pueden estar deprimidas durante períodos más largos, lo cual puede causar un deterioro importante.
Si bien el trastorno bipolar puede aparecer a cualquier edad, generalmente se diagnostica en la adolescencia o poco después de los 20 años.
Los síntomas pueden variar de una persona a otra y pueden cambiar con el paso del tiempo.
La manía y la hipomanía son dos tipos diferentes de episodios, pero tienen los mismos síntomas.
La manía es más grave que la hipomanía y causa problemas más notorios en el trabajo, en la escuela y en las actividades sociales, así como dificultades en las relaciones interpersonales.
Además, la manía puede provocar una desconexión de la realidad (psicosis) y requerir hospitalización.
Tanto los episodios maníacos como los hipomaníacos comprenden tres o más de los siguientes síntomas:
Episodios anormales de optimismo, nerviosismo o tensión
Aumento de actividad, energía o agitación
Sensación exagerada de bienestar y confianza (euforia)
Menor necesidad de dormir
Locuacidad inusual
Frenesí de ideas
Distracción
Tomar decisiones rápidas y precipitadas, como hacer compras compulsivas, tener prácticas sexuales arriesgadas o hacer inversiones imprudentes sin un plan previamente establecido
Un episodio depresivo mayor consiste en una serie de síntomas que son lo suficientemente graves para causar dificultades evidentes en las actividades cotidianas, como en el trabajo, en la escuela, en las actividades sociales o en las relaciones interpersonales.
Un episodio comprende cinco o más de los siguientes síntomas:
Estado anímico depresivo, que comprende sensación de tristeza, falta de emoción o vacío (apatía), desesperanza o ganas de llorar (en niños y adolescentes, el estado anímico depresivo puede manifestarse como irritabilidad)
Marcada pérdida del interés o de la capacidad para sentir placer en todas —o en casi todas— las actividades (anhedonia)
Pérdida de peso importante en ausencia de dieta, aumento de peso, o disminución o aumento del apetito (en niños, la imposibilidad para aumentar de peso según lo esperado puede ser un signo de depresión)
Insomnio o dormir demasiado
Agitación o comportamiento más lento
Fatiga o pérdida de la energía
Sentimientos de inutilidad, o culpa excesiva o inadecuada
Disminución de la capacidad para pensar o para concentrarse, o indecisión
Pensar en el suicidio, planificarlo o intentarlo
Los signos y síntomas del trastorno bipolar I y II pueden comprender otras características, como depresión ansiosa, melancolía, psicosis u otros.
De acuerdo con el momento en el que ocurren los síntomas, estos pueden tener etiquetas de diagnóstico tales como «de ciclos rápidos» o «mixtos».
Asimismo, los síntomas del trastorno bipolar pueden presentarse durante el embarazo o cambiar de acuerdo con las estaciones del año.
A nivel diagnóstico, el trastorno bipolar tiende a aparecer conjuntamente, o a presentar correlación, con la presencia de síntomas relacionados con el trastorno límite de personalidad.
Los síntomas de trastorno bipolar pueden ser difíciles de identificar en niños y en adolescentes.
Con frecuencia es difícil poder decir si esos altibajos son normales, si son el resultado de estrés o de un trauma, o señales de un problema de salud mental en lugar del trastorno bipolar.
Los niños y los adolescentes pueden tener episodios diferentes de trastorno depresivo mayor o de manía o hipomanía; sin embargo, el patrón puede apartarse del de los adultos con trastorno bipolar.
Y los estados de ánimo pueden cambiar con rapidez durante los episodios.
Es posible que algunos niños tengan, entre los episodios, períodos en los que no presenten síntomas relacionados con el estado de ánimo.
Los signos más notables de trastorno bipolar en niños y en adolescentes pueden comprender cambios importantes en el estado de ánimo que se diferencian de sus cambios anímicos habituales.