D i s f u n c i o n e s

s e x u a l e s

Disfunciones y problemas sexuales en pareja que trata de estar bien

«La palabra disfunción está formada con raíces latinas y significa “mal funcionamiento, alteración”. Sus componentes léxicos son: el prefijo “dis-” (separación múltiple), “fungi” (cumplir, emplear), más el sufijo “-ción” (acción y efecto).

El término “sexus” proviene del verbo latino “secare”, (cortar). “Sexus” se refiere simplemente a la división del género en dos grupos distintos: masculino y femenino».

Disfunciones sexuales

Descripción general

Los problemas recurrentes y persistentes relacionados con la respuesta sexual, el deseo, el orgasmo o el dolor (que generan angustia o ansiedad, o tensión con la pareja) se conocen médicamente como disfunción sexual.

Muchas personas experimentan problemas en relación a su sexualidad en algún momento, y algunas tienen dificultades durante toda la vida. La disfunción sexual puede producirse en cualquier etapa de la vida.

Puede darse solamente en ciertas situaciones sexuales, o en todas las situaciones sexuales. La aparición de dolor en cualquier momento del acto sexual también se considera una disfunción.

La respuesta sexual implica una compleja interacción entre fisiología, emociones, experiencias, creencias, estilo de vida y relaciones. La disrupción de cualquiera de estos componentes puede afectar al deseo, a la excitación o a la satisfacción sexual, y su tratamiento suele involucrar más de un enfoque.

Cuando hacemos referencia a la respuesta sexual de las personas, debemos saber que ésta sigue normalmente una progresión común en todos los individuos, y que se divide en una serie de fases: deseo, excitación o meseta, orgasmo y resolución.

Cuando se producen problemas o desórdenes persistentes en una o varias etapas de esta progresión, nos estaríamos enfrentando a una disfunción sexual.

La aparición de disfunciones sexuales puede llegar a tener efectos perniciosos en las personas que las padecen, ya que pueden experimentar dificultades en sus relaciones de pareja y ver mermada su autoestima.

Cualquier persona puede presentar de manera ocasional pequeñas anomalías en su respuesta sexual; estaríamos hablando de disfunción cuando el problema se prolonga durante un determinado período de tiempo, como mínimo de tres meses, de manera persistente y repetida.

Síntomas

Aunque las causas de las disfunciones sexuales pueden ser muy variadas, sus síntomas son comunes.

Por lo general se encuentran elementos como una falta de interés hacia el sexo, poca receptividad a la actividad sexual, o inexistencia de fantasías o de pensamientos sexuales.

Es posible analizar más en detalle los síntomas en función de si quien padece la disfunción es hombre o mujer, lo que nos permitiría hacer la siguiente clasificación:

Síntomas en hombres




Síntomas en mujeres




Síntomas comunes a hombres y mujeres






¿Qué tipos de disfunciones sexuales hay?

Existen cuatro categorías de disfunciones sexuales, en función del factor que se vea relacionado en cada caso:


Trastornos del deseo sexual

Este desorden es el más frecuente, y se caracteriza por la deficiencia o ausencia de apetito sexual, de fantasías o de pensamientos eróticos, así como falta de receptividad para mantener relaciones sexuales.

Es más frecuente en las mujeres que en los hombres, ya que puede llegar a afectar a cerca de un tercio de las mujeres entre los 18 y los 59 años, e incluso a cerca de la mitad de las mujeres una vez iniciada la menopausia.

Este tipo de desórdenes del deseo tienen diversas causas, tanto cognitivas como biológicas o afectivas, por lo que su diagnóstico y tratamiento puede ser complejo.

En este tipo de casos, el origen puede estar asociado a factores tales como angustia, ansiedad o problemas a la hora de mantener relaciones interpersonales.



Se parece a las fobias en tanto que quien padece este desorden experimenta reacciones fisiológicas tales como sudoración, incremento de la frecuencia cardiaca, nauseas, etc., al presenciar algún tipo de conducta sexual o, en ocasiones, incluso ante su solo pensamiento.





Trastornos de la excitación sexual

Hablamos de desórdenes de la excitación sexual en aquellos casos en los que las personas que los padecen experimentan dificultades en la segunda etapa de la respuesta sexual, la de excitación o meseta.

Este tipo de trastornos suelen estar relacionados con causas médicas o fisiológicas, además de las psicológicas, como pudiera ser, por ejemplo, la falta de riego sanguíneo en el hombre o problemas de lubricación vaginal en las mujeres.

Los trastornos de la excitación sexual son más frecuentes en hombres que en mujeres, aunque estas últimas también los experimentan.

Para que se trate realmente de un trastorno de la erección, este problema debe mantenerse un mínimo de seis meses, y además no debe estar ocasionado por otras causas, como por ejemplo el consumo de sustancias (medicamentos, drogas, etc.)







Trastornos del orgasmo

También se conoce como anorgasmia, y consiste en la incapacidad para alcanzar el orgasmo incluso cuando existe un gran deseo sexual o se está recibiendo una estimulación apropiada.

Podemos hablar de trastornos del orgasmo cuando encontramos ausencia o retraso persistente del orgasmo después de haber desarrollado exitosamente la fase de excitación o meseta.

Aunque es más frecuente en las mujeres, este desorden se produce también en hombres; en cualquier caso, en ambos supuestos el componente psicológico es de gran importancia. Además, este trastorno puede afectar de manera severa la autoestima de las personas que lo padecen.



A pesar de ello, muchas mujeres no han llegado a experimentar jamás un orgasmo. E incluso hay algunas otras que han dejado de experimentarlo tras haber mantenido durante un periodo relaciones sexuales con normalidad.



No implica ningún riesgo para la salud de quienes lo padecen, pero puede conllevar problemas relacionados con la autoestima.





Trastornos por dolor

Los trastornos sexuales por dolor consisten en el dolor genital que sufre la persona afectada durante el coito.

Es mucho más frecuente en las mujeres que en los hombres, aunque estos últimos también lo pueden padecer. Así, mientras que la dispareunia afecta tanto a hombres como a mujeres, el vaginismo afecta únicamente a estas últimas.

La dispareunia suele definirse como una molestia o un dolor antes, durante o después de la relación sexual.



Por ello, aunque el vaginismo hace muy difícil o imposible el coito, las mujeres que lo padecen pueden practicar otro tipo de juegos o prácticas sexuales, e incluso alcanzar el orgasmo a través de estos.






¿Cómo se tratan las disfunciones sexuales?

Hoy en día el tratamiento más efectivo es la terapia sexual, de corte cognitivo - conductual. Esta tiene el objetivo principal de crear o restablecer el bienestar y satisfacción sexual de ambos miembros de la pareja.

El primer objetivo siempre será una evaluación para establecer un diagnóstico sobre la disfunción.

Es importante que después del diagnóstico se facilite una información adecuada sobre la disfunción que se padece y sobre la sexualidad.

Después se focalizará el tratamiento en los objetivos sexuales. Esta parte es la más importante, en la cual tienen cabida diferentes programas muy efectivos.

Finalmente se trabajará la prevención y posibles recaídas.



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